HUMILLACIÓN DIPLOMÁTICA es el diagnóstico de César Alonso de los Ríos ante las destacadas ausencias de mandatarios extranjeros en la boda real del pasado sábado:
Es posible que la ausencia de tantos gobiernos en la boda del Príncipe sirva para que se haga un poco de luz en las cabezas de muchos españoles en relación con nuestra situación diplomática. En primer lugar, deberíamos pensar hasta qué punto es temerario cambiar de política exterior por la simple alternancia en el poder y, de modo muy especial, cuando existen compromisos de guerra. Pagaremos caro el abandono de nuestros aliados y de la vidas de los soldados de éstos y el desinterés por el futuro de Irak. Bush, Blair y Berlusconi eran, más que amigos de Aznar, jefes de Gobierno de países aliados y los hemos dejado -los españoles, nuestro Estado- abandonados. Al primero en dificultades electorales; al segundo, en desgarro partidario, y al tercero, con la amenaza de los ataúdes.
Se me dirá que esto explica tan sólo la ausencia de Estados Unidos, Gran Bretaña e Italia. Como si eso fuera poca cosa. Chirac ha enviado a su mujer y Schröder se ha justificado con el jefe del Estado porque la ancilaridad no es menos vergonzosa que la insolidaridad. Alemanes y franceses podrán aproximarse a EE.UU. antes que España. Y a cuenta de España.
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