domingo, diciembre 05, 2004

OTRA MUESTRA de sentido común en La Vanguardia, e igual que en ocasiones anteriores también a cargo de su director adjunto, Alfredo Abián:
Ignoramos si la diplomacia es el camino más largo para lograr un objetivo, como sostienen sus detractores de las cañoneras, pero lo que no debe ser jamás es sinónimo de torpeza. En cualquier país, los asuntos exteriores están guiados por la astucia y el talento, cualidades incompatibles con los juicios acalorados de cafetería. Y una parte de este país se ha convertido en una inmensa barra de bar camuflada de tertulia. Esta semana hemos oído hasta la saciedad que el ministro Moratinos ha demostrado que Aznar intentó legitimar el frustrado golpe de Estado del 2002 contra Chávez. Y lo hemos oído con tal intensidad que nuestra membrana auditiva casi se lesiona, como siempre sucede cuando la propaganda hablada desprecia incluso la memoria más reciente. Quienes ahora atribuyen al PP una conducta golpista antibolivariana exigieron en su momento a Aznar dureza contra el caudillo venezolano y hasta le reprocharon haberle recibido en la Moncloa. Son los mismos que aplaudieron a Felipe González por su apoyo más que implícito al golpe, siguiendo la estela de su viejo amigo, el socialdemócrata venezolano Carlos Andrés Pérez, quien desea ver a Chávez "morir como un perro".De hecho, la amnesia de los jaleadores del ministro y del propio Moratinos es tal, que hasta han olvidado que Chávez había señalado este mismo año a otro supuesto inductor de la asonada que pretendía derribarle: el presidente de Chile, el socialista Ricardo Lagos, amigo también de González. Ironías de la vida.
ACTUALIZACIÓN. Tampoco está mal Jordi Barbeta (registro o Bugmenot):
El PP será lo que será pero, desde luego, en las últimas semanas el talante de los socialistas se parece más al de Norman Bates en "Psicosis" que al de la Madre Teresa de Calcuta.