AYER TUVO LUGAR una jornada de puertas abiertas en varias mezquitas de Catalunya con el objetivo de tender puentes entre la comunidad musulmana y la local. Perfecto. Lo que me ha llamado la atención es el nombre de la mezquita situada en la calle Hospital, una de las más antiguas en Barcelona: Tarik Ben Ziad. Y es que "Tarik Ben Ziad" (o "Tarik Ibn Ziyad", o "Tarik Bin Ziyad" en transliteraciones alternativas) es del nombre del caudillo que dirigió la invasión musulmana de España; un personaje que ocupa un lugar tan importante en el imaginario islámico, que fue citado explícitamente en el vídeo de Leganés en el que los terroristas reivindicaron el 11-M.
Espero que sea el nombre de alguien más, porque de otro modo sería una broma macabra que saca partido del papanatismo, o la ignorancia, de la población local. Imaginad la satisfacción de quien tuvo la idea de bautizar -con perdón- la mezquita con ese nombre al ver cómo ayer estaban desfilando políticos y periodistas, ajenos a todo. Llamar Tarik Ben Ziad a una mezquita en Al-Andalus es como llamar "Nuestro Señor Ricardo Corazón de León" a una iglesia en Jerusalén. O, para que me entiendan mis compatriotas catalanes, bautizar como "Parroquia del Duque de Berwick" a algún templo religioso en el Barrio Gótico barcelonés. Y encima invitar a la colonia local, próceres del gobierno autonómico incluidos, a que los visiten para "tender puentes".
Y que éstos, memos ignorantes, vayan, mientras sus anfitriones se ríen para sus adentros ante tanta estupidez.
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