PARECÍA QUE SÍ, pero al final todo parece indicar que no. Ahora medio mundo está clamando de nuevo contra los cowboys y, teniendo en cuenta que la información sobre el paradero de Zawahiri provenía de los servicios secretos pakistaníes, el ISI, infiltrado de islamistas hasta el tuétano, casi, casi parece una trampa.
[Por cierto, vuelvo a la blogosfera que tanto he abandonado estos últimos días; creo que ahora el ritmo se posteo se va a normalizar. Espero.]
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