ABDUL RAHMAN, el afgano sobre el que rondaba una posible condena a muerte por apostasía, al haberse convertido al cristianismo, será liberado seguramente mañana; el juez ha sobreseído el caso por falta de pruebas.
Esta es la buena noticia: la mala es que el propio juez ha devuelto el sumario al fiscal para que practique nuevas pruebas. El escándalo monumental que se ha montado, y con razón, seguramente hará que se lo piense dos veces.
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