NO SE TRATA de ninguna contradicción, Eusebi:
La Administración Bush, aunque se esfuerza por calificar la relación hispano-norteamericana como "enormemente rica", es incapaz de explicar la flagrante contradicción de que José Luis Rodríguez Zapatero, jefe desde hace más de dos años de un gobierno aliado, aún no haya pisado la Casa Blanca ni existan perspectivas a medio plazo de hacerlo. El consejero de Seguridad Nacional, Steven Hadley, se limitó a decir, secamente, que "no hay planes para una visita".No es ninguna contradicción, sino algo muy sencillo: diplomacia.
Así es como los países maduros y responsables en el ámbito occidental manifiestan su desagrado: con buenas palabras y dejando que las acciones hablen por sí solas. No lo hacen insultando, llamando "asesinos" a sus dirigentes, ni metiéndose en asuntos internos declarando preferencias por un candidato a las elecciones del otro país, sobre todo si ese candidato acaba perdiendo, como le ocurrió a Kerry. Tampoco lo hacen mostrando desprecio quedándose sentado ante la bandera y diciendo "¿por qué me tenía que levantar? Esa no es mi bandera" (trasladémoslo a otro ámbito e imaginemos una frase así: "¿por qué tendría que levantarme a saludar a esa señora? No es mi madre", y pensemos cómo reaccionaría el hijo de la dama en cuestión cuando se fuera a él para hacerse amiguito).
En la cuestión de las relaciones entre España y EEUU, El único que tendría que explicar una contradicción es Zapatero y su gobierno; por qué después de haber dicho de todo contra un presidente de un país democrático (lo que significa por extensión contra todo el país que al fin y al cabo lo eligió); por qué después de varios gestos que en términos diplomáticos equivalen a una bofetada en la cara; y por qué después de haber salido por piernas anticipadamente de Iraq incumpliendo los compromisos adquiridos, ahora están que se les hace el trasero pepsicola por reunirse con el responsable de esa guerra de nosecuántas íes. Claro que igual sólo quieren ponerle una medalla...
Y ya de paso Eusebi Val tendría que explicarnos cómo consigue darle le vuelta a las situaciones sin morirse de risa, porque hay que reconocer que hacer que en este tema sea la administración norteamericana la incoherente tiene su mérito.
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