domingo, septiembre 24, 2006

UNA OVACIÓN para Joaquim Roglan: es la primera vez que leo algo así, sin ambages, en La Vanguardia. Sin templagaitismos ni complejos, ni escondido bajo frases irónicas que no todo el mundo descodifica de forma correcta. Claro que es en el suplemento semanal de televisión -TVManía- y no donde realmente cuenta, que es en las páginas del diario -que han estado en la postura absolutamente opuesta- pero no nos vamos a poner exigentes, ¿no? Algo es algo. Excepcionalmente reproduzco el artículo de forma íntegra, porque no está online ni siquiera bajo suscripción:
Poca broma con Mahoma

Inquietantes noticias sobre el islam se acumulan en la pantalla mientras nuestras cadenas simplifican y esquivan el debate de las civilizaciones

Las imágenes

En una semana, han coincidido en la pantalla el quinto aniversario del crimen contra la humanidad cometido en las Torres Gemelas de Nueva York, la cumbre de países no alineados que se alinean a favor de que Irán tenga armas nucleares, la violencia islámica desatada por una cita histórica del Papa sobre la violencia islámica, y la muerte de Oriana Fallaci, la única periodista que tuvo el valor y la dignidad de no cubrirse la cabeza ante el iluminado Jomeini, de retratar y denunciar la auténtica personalidad del tirano Arafat y de escribir lo que pensaba sobre la penetración musulmana en Europa y la ofensiva islámica contra Occidente. A pesar de todas esas noticias, ninguna cadena ha organizado debates entre los predicadores de la alianza de civilizaciones y quienes opinan que hace cinco años hubo una civilización que comenzó una guerra de civilizaciones. Porque se piense como se piense, los espectadores que no son analistas especializados tienen ganas de informarse y de oír contrastes de pareceres sobre ese tema, por muy delicado que sea.
Pero en lugar de profundizar, se simplifica. Así, las Torres Gemelas son agua pasada y los únicos problemas son Israel y Bush, los países no alineados son pobres y tienen derecho a defenderse del colonialismo, el Papa es un inquisidor que quiere otra Cruzada, y Oriana fue una tonta útil de la extrema derecha americana.


Antenas malignas

Ante ese panorama, cabe la duda de si las cadenas españolas están al servicio de lo políticamente correcto y de la política oficial del Gobierno, o si tienen miedo a la libertad de pensamiento y de expresión después de ver lo que pasó con las caricaturas de Mahoma, con Salman Rushdie, con el cineasta Van Gogh, con los trenes de Madrid, con los metros de Londres o con la intifada de París. Si nuestros programadores siguen tan cautelosos y silenciosos, tendremos que informarnos con Al Jazira. Al menos, nos enteraremos de lo que nos espera, de lo satánicas que son nuestra cultura y nuestra sociedad, de lo malignas que son las antenas parabólicas y de lo inferiores y pecadoras que son nuestras madres, hijas y señoras.
Casi me da un soponcio.

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