EL OTRO DÍA preguntaba de dónde salen esas informaciones sobre el caos en Iraq derivado de la venganza chiíta tras el megabombardeo de Sadr City. Varios sunníes fueron quemados vivos, decían las informaciones que aludían además a salvajadas de todo tipo, basándose únicamente en lo que decia Jamil Hussein, un oficial de la policía iraquí, y sin que esas informaciones fueran contrastadas en ningún momento.
O supuesto oficial, deberíamos decir a partir de ahora. O aún mejor, supuesta persona.
Y es que tal persona, tan citada por la Associated Press y demás medios occidentales, simplemente no existe.
Está claro que los malos nos dan cien mil vueltas en aprovechar las técnicas de propaganda y en sacar partido a los medios de comunicación. Evidentemente se debe principalmente a la incompetencia, cuando no participacion activa, de los medios de comunicación occidentales. Ojalá mostraran ni que fuera de vez en cuando el mismo grado de escepticismo hacia lo que les dicen los de al-Qaeda y los insurgentes iraquíes que el que muestran hacia lo que dicen desde los gobiernos estadounidense o británico, a quienes siempre escudriñan en busca de segundas intenciones y a quienes siempre consideran como que mienten salvo que se demuestre lo contrario. Y no está mal, al fin y al cabo son gobiernos y tenemos el deber moral de ser escépticos. Pero sería bueno que los medios de comunicación no dejaran el sombrero de detective y la lupa en el armario cuando salen de casa cuando informan sobre Iraq y no es al Pentágono a quien citan.
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