miércoles, diciembre 27, 2006

¿A ALGUIEN MÁS le sorprendió la frase textual del doctor García Sabrido en la rueda de prensa en la explicó su viaje a Cuba para tratar a Fidel Castro? Dijo exactamente, según el corte de voz que he oído esta mañana un par de veces: "Hasta donde yo sé, lo desmiento categóricamente" [que Castro padezca cáncer].

¿Hasta donde yo sé? Es cuando menos curioso, dicho por un médico que acaba de examinar personalmente a un paciente. Pero la palabra clave es "personalmente". Puede que se trate de un lapsus linguae, por supuesto, pero también parece una forma de cubrirse cuando se miden muy cuidadosamente las palabras. Quién sabe si su viaje a Cuba consistió en mirar las pruebas que el equipo médico habitual le enseñó. Vete tú a saber de cuándo, o incluso de quién, eran. El objetivo sería afirmar que el tirano no tiene cáncer, al tiempo que permitiese a los implicados defenderse en el futuro ante acusaciones de que han mentido. Técnicamente no lo han hecho.

Aparte de esto, me parece bastante lamentable el coro de voces -muy especialmente del PP- que defienden el viaje de García Sabrido alegando motivos humanitarios, igual que han justificado el envío de medicinas en secreto desde hace meses. Porque en ese caso las medicinas y el tratamiento no tenían que haberse enviado a cambio de nada. Podrían haber presionado para que el régimen castrista liberara a prisioneros políticos, o por lo menos aliviara las condiciones inhumanas en las que se encuentran. Además, poner ahora en evidencia el lamentable estado de la medicina cubana (ese mito), como ha hecho Esperanza Aguirre, es una reacción muy pobre. Si fuera así, habría que haberlo sabido desde el primer momento, no al cabo de varios meses y casi por casualidad.

ACTUALIZACIÓN. Al no haber visto la rueda de prensa, desconocía que en la misma García Sabrido hizo alguna referencia que permite concluir que sí vió a Castro; por lo menos lo saludó y habló con él. Lo que no quiere decir necesariamente que le hiciera un examen médico de forma directa, claro. Por otra parte, y teniendo en cuenta que el viaje fue concertado y pagado por la embajada cubana, me pregunto de dónde salio, y quien pagó, los medicamentos y equipamiento tecnológico que el propio médico transportó en el avion privado que le llevó a la isla.

ACTUALIZACIÓN II. Por cierto y ya que hablamos del mito de la sanidad cubana, conviene recordar estas fotografías.