COMO SI NO HUBIESE sido bastante su inacción criminal ante el genocidio de un millón de ruandeses y, hace menos tiempo, la megaestafa de un programa Petróleo Por Alimentos que él diseñó y en la que estaba implicado su hijo, ahora Kofi Annan vuelve a estar en medio del escándalo. No, no porque se haya quedado parte de los 528 millones de euros que su fan Zapatero ha regalado generosamente a una de las organizaciones más corruptas del planeta. O por lo menos todavía no por eso, aunque habrá que vigilar la cartera.
Se trata de algo menos 'espectacular' pero casi igual de vomitivo: antes de acceder a la secretaría general pero cuando ya era un alto cargo en la ONU, Annan estuvo ocupando durante años un apartamento de alquiler en Roosevelt Island, frente a Manhattan. Era un apartamento en un edificio destinado a ciudadanos con pocos recursos (aunque la vista quita el hipo), y por eso el alquiler estaba -y está- subsidiado por el ayuntamiento. No solo eso: cuando Annan pasó a la elegante townhouse en la que se encuentra la residencia oficial del secretario general, 'traspasó' el apartamento a su hermano Kobina, algo que en principio es imposible salvo que se cumplan unas condiciones muy estrictas que no está claro que se cumplieran, entre otras cosas porque no consta que hiciera los trámites administrativos necesarios.
Todo un ejemplo para la Humanidad.
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