HAY QUE SER TONTAINA. Mirad qué se le ocurre al entrevistador de La Vanguardia en una conversación con el psicobiólogo Ignacio Morgado:
- ¿Todas esas ratitas de su laboratorio nos enseñan a amar?Entenderéis perfectamente por qué a partir de ese punto he pasado la página.
- Nos enseñan algo del amor. Científicos americanos, por ejemplo, dividieron sus ratones en dos cepas: polígamos y monógamos.
- ¡Así que la infidelidad está en los genes!
- Pero no para siempre. Les inyectaron vasopresina, hormona además antidiurética, y los ratoncitos polígamos se convirtieron en monógamos. Se acabaron las infidelidades.
- ¡Una hormona neocon!
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