jueves, mayo 31, 2007

SI ESTO hubiese pasado en Abu Ghraib o Guantánamo, los mismos que dicen que difundir las imágenes sólo consigue dañar la imagen de los Mossos estarían pidiendo a gritos que se muestren las fotografías y los vídeos y diciendo que no hacerlo es una censura vergonzante dictada por un gobierno que no respeta los derechos humanos.

Los vídeos son espeluznantes, sobre todo porque no se trata de un presunto terrorista islámico capturado en algún campo de batalla en Iraq o Afganistán, sino de una chica que intentaba entrar en casa.

La verdad es que cuando uno va por la calle y ve el trato de los Mossos a la gente -por ejemplo cuando agentes femeninas salen de su coche patrulla para pedir la documentación a alguna rumana que pide por la calle- es más que deficiente. Su tono despectivo, duro, casi recuerda al de la policía de tiempos pretéritos. O a Risto Mejide, en el mejor de los casos. Con los no inmigrantes las cosas no son mucho mejores; parece que uno tenga que dirigirse a ellos con una reverencia. Pero por lo menos no insultan (¿todavía?).