CUANDO NO ES un túnel, o una manzana de casas, o un tren de cercanías, es un apagón lo que deja KO a Barcelona. Media ciudad está a oscuras desde hace una hora. Estoy funcionando con la batería del portátil y el modem USB de Movistar, pero no sé cuánto me va a durar.
Quizás estaría mejor que las administraciones dejasen de mirarse el ombligo -como Norma Desmond, viviendo de una gloria pasada y que ya nadie más que ella se cree- y empezaran a actuar, de verdad. Menos woodyallens (espero que tenga algún grupo electrógeno en el rodaje, porque las tomas a la luz de las velas quedan mal) y más pepeslópez. Menos hablar de que la ciudad es una metrópolis, que "se rompe por las costuras del éxito", como alucinaba el otro día una periodista de La Vanguardia (no puedo poner el enlace porque LV está inaccesible por el apagón, menudo éxito), y más trabajar para que las cosas fundamentales, las que de verdad cuentan, funcionen de una puñetera vez.
Esperaré sentado, por eso.
ACTUALIZACIÓN. Ya ha vuelto la electricidad. No está mal: sólo una hora y tres cuartos. A ver si dura.
ACTUALIZACIÓN II. Ha vuelto la señal, pero parece ser que el apagón ha hecho polvo el sistema telefónico de buena parte de la ciudad; muchos números están averiados o caídos.
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