POR MUCHO MENOS que esto hemos oído hasta la saciedad que la administración Bush oprime a los que disienten de ella y coarta la sagrada libertad de expresión... Independientemente de la -cuando menos- inoportunidad de las declaraciones de Aznar, lo cierto es que cualquier persona, incluso cuando ha sido presidente del gobierno, tiene derecho a decir lo que le venga en gana, y los demás a criticar lo que dice, pero no a hacerle callar.
Me pregunto qué estará pensando Felipe González...
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