NO TENGO TIEMPO para escribir sobre la sentencia del tribunal Supremo de los EEUU sobre los detenidos de Guantánamo, salvo para decir que demuestra, igual que el Constitucional español sobre la ley de igualdad, que los altos tribunales a veces se equivocan. Si queréis saber por qué, uno de los mejores análisis no sesudos y fácilmente comprensibles es el de James Taranto.
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