sábado, noviembre 22, 2008

SUPONGO que vísteis el vídeo -difícil que no lo hayáis visto, lo pasaron en todas las televisiones varias veces- en el que el pobre Bush andaba sin nadie que lo saludase en la cumbre del G-20 en Washington, mientras todos los líderes se estrechaban la mano entre sí afectuosamente. El pato está más cojo que nunca, y bien merecido que se lo tiene, ¿no?

Pues no. El vídeo procedía de una información de Rick Sánchez, en la CNN. Pero la propia CNN, unos días más tarde, desvela la farsa: Bush acababa de saludar a cada uno de los líderes individualmente a la entrada; los demás asistentes todavía no habían tenido ocasión de saludarse entre ellos: