QUE SE lo hagan mirar, dice Josep Maria Fàbregas (mi traducción):
Si la señora que dio un bofetón a su hijo lo hubiera abortado a los seis o siete meses de gestación no sólo no habría cometido ningún delito sino que sería defendida por haber ejercido un derecho legítimo. Pero, por haber dado una bofetada al niño después de que éste le tirara una zapatilla, puede ir a prisión.
Así son las leyes de este país.
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