jueves, junio 11, 2009

ES LO QUE TIENEN las organizaciones que no pasan por ningún tipo de control debido a lo noble de sus fines. SOS Racisme, investigada por un desvío de fondos a un diputado socialista:
El presidente de SOS Racisme, Dominique Sopo, y otros cinco miembros de la dirección de la organización antirracista francesa fueron detenidos e interrogados el martes por la policía financiera en relación con un caso de supuesto desvío de fondos que tenía como beneficiario al diputado socialista Julien Dray, portavoz del PS en la época de François Hollande y uno de los más estrechos colaboradores de Ségolène Royal durante la campaña de las elecciones presidenciales del 2007. Al margen de uno de los detenidos –puesto en libertad poco después–, los otros cinco seguían ayer en la sede de la brigada financiera de la policía en París y su detención se había prolongado por espacio de 24 horas más. La sede de la organización fue registrada durante cuatro horas y la policía se llevó diversos documentos de su contabilidad.
No es un fenómenos únicamente francés, naturalmente. El día que alguien se arme de valor por aquí y se ponga a investigar, se va a armar una buena. Porque si estas organizaciones con estructuras más que opacas pretenden dictar las políticas públicas de los países en virtud de la nobleza de la causa que defienden, lo justo es que, al mismo tiempo, los que somos afectados por esas políticas públicas tengamos derecho a saber qué hacen esas organizaciones con su dinero, igual que lo tenemos respecto al gobierno. Máxime si buena parte de esos fondos proceden precisamente de subvenciones oficiales. Insisto en que no hablo de SOS Racisme en concreto, ni mucho menos sólo de Francia: se trata de un fenómeno, el control de las ONGs, de sus medios y de sus fines, que es tan espinoso que ningún gobierno se ha atrevido ni siquiera a insinuar. Aparte del hecho de que a todos los gobiernos les conviene "apesebrar" a cuantos más mejor, sobre todo si son protestones. ¿A que sí, Cayo y Cándido?