[Actualizado 3 veces] APARTE DE BEBER COMO UN COSACO y de episodios como el de Chappaquiddick (leed esto), hay algo que ningún medio de comunicación ha osado explicar sobre Ted Kennedy y que es políticamente mucho más grave. Infinitamente más grave.
Ted Kennedy se ofreció a la Unión Soviética para hacer fracasar a Reagan, presidente de su propio país, en sus planes para construir un escudo nuclear disuasorio. Cuando se abrieron los archivos de la KGB se encontraron con esto que podéis leer literalmente.
Kennedy sólo puede ser esa figura histórica que todos los medios presentan gracias a que la gran prensa le perdonó a él a su familia todos los "pecados" que los habrían hundido si el público hubiese sabido de ellos. Imaginad que los hubiesen sometido al mismo escrutino al que sometieron a Clinton en relación con el sexo, o a Bush en relación con las juergas juveniles y el aprovechamiento del apellido familiar. Es curioso: Bush es todavía descrito como un ex-alcohólico porque en su juventud hacía lo que ahora hace el 90% de jóvenes, que era pillar unos buenos pedos cuando se iba de juerga. Pero a Kennedy, que no sólo los pillaba entre semana, sino que montaba espectáculos, se ahostiaba con el coche y dejaba que se ahogara una chica de 29 años, es un león, una figura fundamental de la política yanqui. A diferencia de Bush, él se había redimido. Siendo Demócrata y no Republicano, claro.
Ted Kennedy se ofreció a la Unión Soviética para hacer fracasar a Reagan, presidente de su propio país, en sus planes para construir un escudo nuclear disuasorio. Cuando se abrieron los archivos de la KGB se encontraron con esto que podéis leer literalmente.
Kennedy sólo puede ser esa figura histórica que todos los medios presentan gracias a que la gran prensa le perdonó a él a su familia todos los "pecados" que los habrían hundido si el público hubiese sabido de ellos. Imaginad que los hubiesen sometido al mismo escrutino al que sometieron a Clinton en relación con el sexo, o a Bush en relación con las juergas juveniles y el aprovechamiento del apellido familiar. Es curioso: Bush es todavía descrito como un ex-alcohólico porque en su juventud hacía lo que ahora hace el 90% de jóvenes, que era pillar unos buenos pedos cuando se iba de juerga. Pero a Kennedy, que no sólo los pillaba entre semana, sino que montaba espectáculos, se ahostiaba con el coche y dejaba que se ahogara una chica de 29 años, es un león, una figura fundamental de la política yanqui. A diferencia de Bush, él se había redimido. Siendo Demócrata y no Republicano, claro.
ACTUALIZACIÓN. La revista GQ reproduce un artículo de 1990 escrito por Michael Kelly (fallecido en un accidente en Iraq durante la guerra de las cuatro íes):
In December 1985, just before he announced he would run for president in 1988, Kennedy allegedly manhandled a pretty young woman employed as a Brasserie waitress. The woman, Carla Gaviglio, declined to be quoted in this article, but says the following account, a similar version of which first appeared in Penthouse last year, is full and accurate:Hay mucho más.
It is after midnight and Kennedy and Dodd are just finishing up a long dinner in a private room on the first floor of the restaurant’s annex. They are drunk. Their dates, two very young blondes, leave the table to go to the bathroom. (The dates are drunk too. “They’d always get their girls very, very drunk,” says a former Brasserie waitress.) Betty Loh, who served the foursome, also leaves the room. Raymond Campet, the co-owner of La Brasserie, tells Gaviglio the senators want to see her.
As Gaviglio enters the room, the six-foot-two, 225-plus-pound Kennedy grabs the five-foot-three, 103-pound waitress and throws her on the table. She lands on her back, scattering crystal, plates and cutlery and the lit candles. Several glasses and a crystal candlestick are broken. Kennedy then picks her up from the table and throws her on Dodd, who is sprawled in a chair. With Gaviglio on Dodd’s lap, Kennedy jumps on top and begins rubbing his genital area against hers, supporting his weight on the arms of the chair. As he is doing this, Loh enters the room. She and Gaviglio both scream, drawing one or two dishwashers. Startled, Kennedy leaps up. He laughs. Bruised, shaken and angry over what she considered a sexual assault, Gaviglio runs from the room. Kennedy, Dodd and their dates leave shortly thereafter, following a friendly argument between the senators over the check.
Eyewitness Betty Loh told me that Kennedy had “three or four” cocktails in his first half hour at the restaurant and wine with dinner. When she walked into the room after Gaviglio had gone in, she says, “what I saw was Senator Kennedy on top of Carla, who was on top of Senator Dodd’s lap, and the tablecloth was sort of slid off the table ‘cause the table was knocked over—not completely, but just on Senator Dodd’s lap a little bit, and of course the glasses and the candlesticks were totally spilled and everything. And right when I walked in, Senator Kelly jumped off…and he leaped up, composed himself and got up. And Carla jumped up and ran out of the room.”
ACTUALIZACIÓN II. ¿Traicionó Ted Kennedy también a Jimmy Carter? Otro documento de la KGB hallado tras la apertura de los archivos parece indicar que así fue. Y tendría su mérito clavársela por la espalda a dos presidentes seguidos, uno de ellos de su propio partido...
ACTUALIZACIÓN III. Pablo Pardo, corresponsal de El Mundo en EEUU, visita la escena del crimen.
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