martes, septiembre 15, 2009

EL COMERCIO DE DERECHOS DE EMISIÓN, la supuesta panacea para frenar el no menos supuesto calentamiento global, se está revelando como algo que muchos sabíamos: un nido de corrupción. ¿Preocupación por el planeta? Qué va. Preocupación por el bolsillo. Propio.