POR SUPUESTO que EEUU tenía a Saddam Hussein en el punto de mira antes de 2001, como descubren ahora atribulados reporteros. Lo extraño es que no hubiese sido así: recordemos que Iraq llevaba 10 años, desde el fin de la primera guerra del 91, bajo un régimen de sanciones que se decía provocaba 500.000 muertes al año (exageraban, pero esa no es ahora la cuestión). Y con dos zonas de exclusión aérea, en el norte y el sur, que obligaban a constantes operaciones aéreas de las fuerzas aliadas. Cualquier gobierno responsable, en el momento de tomar posesión, evaluaría todos los escenarios en los que está implicado para estudiar alternativas. Lógicamente, por lo que se refiere a Iraq, el cambio de régimen sería la alternativa más evidente a mantener ese sistema de sanciones y de guerra de baja intensidad que tantos problemas estaba trayendo. Por otra parte, la propia información de El País reconoce que ni tan sólo en otoño de 2001, tras el 11-S, Bush se planteaba la guerra, sino otro tipo de acciones que no especifican. Es decir, lo contrario de lo que afirma el título.
Pero es que es más: fijaos que he empezado este post diciendo que era EEUU quien había puesto precio a la cabeza de Saddam; no Bush. Y es que hay algo que --probablemente porque la noticia está escrita por alguien que se ha puesto atropelladamente a leer un par de cosas sobre Iraq para ponerse al día-- casi nadie menciona: la Ley de Liberación de Iraq. Es una ley votada mayoritariamente por el Congreso y el Senado... en 1998. Una ley cuyo objetivo era conseguir... el cambio de régimen en Iraq. Una ley promovida y firmada por... Bill Clinton.
Así que es cierto, Estados Unidos tenía a Saddam en su punto de mira desde antes de 2001. Pero eso sólo sorprende a quien ignore, u oculte, 1/ que un país como EEUU tiene planes de contingencia para atacar absolutamente cualquier país, aunque sea sólo como ejercicio intelectualomilitar. Incluso Andorra, Suiza... o España. 2/ más aún en cuanto a Iraq, ya que existía una situación de guerra de baja intensidad y unas sanciones que eran costosas de mantener, en términos humanos y económicos, y 3/ que ya desde 1998, bajo la presidencia Clinton, la política oficial de Estados Unidos perseguía el cambio de régimen en Iraq. Sin ir más lejos, la información que sobre esta comisión Chilcot daba ayer la BBC (poco sospechosa de apoyar la guerra de Iraq) recogía que según Peter Ricketts, a quien cita El País, decía que esa posibilidad de atacar Iraq ya se estaba discutiendo antes de que Bush llegase a la Casa Blanca.
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