YOANI SÁNCHEZ, la bloguera cubana que resiste heroicamente los intentos por hacerla callar, fue ayer detenida y maltratada, física y verbalmente, por agentes castristas. Afortunadamente no pasó a mayores y fué liberada a los pocos minutos; se encuentra razonablemente bien. Lo que no deja de hacer que sea una vergüenza, claro. Como también lo es que Moratinos pasase olímpicamente de los disidentes como Yoani en su última visita a la isla.
Por una centésima parte de lo que le hicieron a Yoani y su amigo Orlando hay muchos que berrean "¡tortura en Guantánamo, ese agujero negro de los derechos humanos!" y quieren enviar a Bush y Cheney al Tribunal Penal Internacional. Al mismo tiempo, lo que ocurre justo al otro lado de la valla que rodea la base estadounidense les importa tres pepinos más que para saber si pueden seguir yendo de vacaciones allí, cuando no defienden directamente al régimen.
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