PODRÍA DECIRSE sin exagerar demasiado que hoy a quien seguro no les ha tocado el gordo, sino más bien lo contrario, es a la gente de cine en España, que se han desayunado con esto:
El Tribunal Supremo (TS) ha planteado una cuestión de inconstitucionalidad contra la ley que obliga a las televisiones a invertir un porcentaje de sus ingresos en cine español y europeo. El alto tribunal estima que esta norma va en contra de la libertad de empresa que garantiza la Constitución, restringe la capacidad de las televisiones para decidir el destino de sus inversiones y no responde a razones imperiosas de interés general.Una lógica impecable. De todos modos, lo que ha hecho el Supremo no es emitir una resolución en contra sino plantear el tema ante el Constitucional, que tendrá que decidir. Al ritmo que lleva, tardará unos cuantos añitos durante los cuales los cineastas seguirán cobrando como hasta ahora. Pero tampoco tienen que preocuparse demasiado: si finalmente se quedan sin el chollo, siempre se pueden aumentar las subvenciones estatales...
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