AL FINANCIAL TIMES, que ya estaba preocupado con el ICO, no le hace nada de gracia la intención del gobierno de convertirlo en una especie de banco público que empiece a prestar directamente a las empresas, con consideraciones más políticoeconomícas que puramente financieras (que son las que deberían primar). Desde luego, no ayudará a reducir el riesgo de su deuda, que en estos momentos es particularmente elevado.
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