¿RECORDÁIS la que le cayó a Sarah Palin, de quien se decía que era una histérica energúmena fascista porque decía que la reforma sanitaria introduciría "paneles (comités) de la muerte"? Incapaces de ver una metáfora, sus críticos decían que ella y sus simpatizantes mentían para asustar a los norteamericanos cuando decían que iba a ser el gobierno quien decidiera qué tratamientos iban a ser aplicados y cuáles no lo iban a ser.
Pues bien, ahora que la reforma sanitaria está aprobada, gente como Krugman -uno de los que más había puesto a parir a Palin por ello- no sólo confirman que eso va a ser así, sino que además es una gran idea que se tiene que hacer para controlar los costes: el gobierno decidirá qué tratamientos se van a aplicar y a quién.
Pues bien, ahora que la reforma sanitaria está aprobada, gente como Krugman -uno de los que más había puesto a parir a Palin por ello- no sólo confirman que eso va a ser así, sino que además es una gran idea que se tiene que hacer para controlar los costes: el gobierno decidirá qué tratamientos se van a aplicar y a quién.
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