miércoles, julio 28, 2010

NO ENTRO en el debate de fondos "toros sí, toros no" y si es o no una buena idea haberlos prohibido. Nunca he estado en una corrida, y no creo que vaya a estarlo nunca, pero este no es ahora la cuestión. Sólo quiero destacar que los mismos que han votado a favor de la prohibición son los que hace pocos días rechazaron prohibir el burqa, con el manido argumento de que las prohibiciones siempre empeoran las cosas. Es mejor, dicen, ir convenciendo poco a poco de que es preferible ir abandonando la costumbre por propia voluntad.

Sí, ya sé que las corridas de toros acaban con la muerte del animal, y el burqa en sí mismo no supone la muerte de las mujeres que lo llevan (aunque podría decirse que la cosmovisión asociada al burqa sí implica en muchos casos la muerte de mujeres). Sé que hablamos de una muerte física frente a lo que podríamos llamar una muerte civil. Pero esa es una comparación que sólo se sostiene si uno piensa que los toros, o los animales, tienen más o menos el mismo valor que las mujeres, lo que parece que muchos deben de creer si prefieren prohibir el maltrato a los bichos mientras les importa un pimiento el maltrato a las mujeres (e ir andando bajo una mini-tienda de campaña lo es). En un mundo real, nos preocuparíamos por los animales, sí, pero no antes de haber solucionado cuestiones fundamentales que afectan directamente a la dignidad del ser humano.

ACTUALIZACIÓN. Por otra parte, tenemos a alguien, el presidente de la Generalitat, que pide "moderación y sentido de la responsabilidad por parte de todos" tres segundos después de decir que ha votado en contra de la prohibición "porque cree en la libertad". Lo que significa automáticamente que los que han votado a favor no creen en ella. Lo que puede ser cierto, pero que al decirlo no se está contribuyendo precisamente a la moderación...