viernes, agosto 13, 2010

[Actualizado] ALGO PARA alegrar el fin de semana: dentro de unos 10 años, los antibióticos serán prácticamente inefectivos.

ACTUALIZACIÓN. Es posible bloguear a ráfagas, con post breves casi sin comentario, haga que en ocasiones no queda clara cuál es mi visión de las cosas. Me escribe Daniel:
Oye, no sé si te has dado cuenta o no, pero tanto tu último post como ese en que decías que se acababa la epidemia y empezaba otra se refieren exactamente a lo mismo, las bacterias con el gen NDM-1.
 

De hecho, pensé en escribirte para decirte que lo de las vacunas no tenía mucho sentido en tu primer post y ahora lo hago porque queda raro que quites credibilidad a la primera noticia y se la des a la
segunda. ¿no? :-)
Mi respuesta: Así soy yo: como Whitman, "I contain multitudes" :)

La verdad es que el segundo artículo toca lo del NDM-1 de forma relativamente tangencial: lo de los antibióticos y la resistencia es algo que va mucho más allá y que afecta a muchos tipos de suberbugs Como superviviente, hace cinco años al MRSA, y siendo encima alérgico a la penicilina -con lo que las alternativas de tratamiento se reducen todavía más- es un tema que me preocupa desde hace tiempo.

Yo lo veo como dos asuntos que tienen puntos en común, pero que realmente no se solapan: una cosa es la coincidencia temporal en la declaración oficial del fin de la gripe A con las noticias de algo nuevo, el NDM-1, cuya gravedad está por ver, que es lo que señalaba en el primer post. Y otro asunto diferente es la de la creciente resistencia de los superbugs -que son de una gravedad real y probada- a los antibióticos, y el hecho de que no se estén investigando nuevos, principalmente porque las farmacéuticas piensan que es tirar el dinero: antes de recuperar la inversión requerida para desarrollarlos, acabarán fusilándoselos en Brasil o India con el aplauso de los anti Big Pharma.

¿Más claro ahora?

Va, y para que veáis que no todo son malas noticias en el mundo de la medicina: un nuevo gel de textura similar a la pasta de dientes acelera seis veces la curación de las heridas.