lunes, octubre 11, 2010

HAY COSAS que es imposible comentar:
Catalunya se hunde lentamente en un cierto nihilismo político. O al menos eso es lo que sugieren los sondeos que indagan en el alma de un territorio que ha sido tradicional motor económico de España y abanderado de las libertades frente a la dictadura franquista. No es sólo que en los últimos tiempos la identidad de los catalanes experimente una cierta mutación, o que el respaldo a la independencia alcance récords históricos. Ahora, además, el apoyo a la democracia languidece en Catalunya, y aumenta –hasta suponer uno de cada cuatro catalanes– la cifra de ciudadanos que se muestran indiferentes ante el dilema entre democracia y dictadura, como si no apreciasen las visibles diferencias entre uno y otro régimen. Y esa es la imagen que, de forma sostenida, reflejan las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

[...] Estos registros coinciden con las series de otros sondeos, los del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) de la Generalitat, que reflejan una evolución similar. Por resumirla gráficamente, mientras en diciembre del 2007 más del 52% de los catalanes se mostraban satisfechos con el funcionamiento de la democracia, en junio pasado las magnitudes se habían invertido radicalmente: casi el 59% se mostraban poco o nada satisfechos con la democracia y menos del 39% emitían una opinión positiva. Lo cierto es que, tras una punta de satisfacción en abril del 2008 –justo después de las elecciones generales y con una tasa de satisfacción que rozaba el 54%–, las opiniones positivas no han hecho más que menguar, hasta igualarse con las negativas y quedar por detrás de ellas a partir de enero del 2009.
Como decía: sin comentarios.