martes, diciembre 28, 2010

PARECE SER que ser prensa de kalidá significa dejar que preadolescentes de diez o doce años escriban los titulares de portada:


Lo que, en realidad, entronca bastante con la frase del discurso de Mas en la toma de posesión (archivo .doc) que, con diferencia, me chirrió más (valga la redundancia):
Incluso siento que en este momento tengo muchas más ganas de servir a Catalunya, al pueblo de Catalunya, a los catalanes, a los siete millones y medio de personas que forman nuestro país, que de ser servido.
Es decir, que como buen brahman parece efectivamente pensar que el papel de un presidente es ser servido, pero como está de buen rollo por la alegría de acceder al cargo y tal incluso (gràcies, president) siente (no cree, sino siente, algo subjetivo) que tiene más ganas de servir él. En este momento, claro. Luego, cuando se canse, siempre podrá exigir que las cosas vuelvan a la normalidad: ser servido por su personal y, cómo no, por los súbditos.

Incluso puede que cuando se acerque el final de la legislatura deje planes hechos para que esculpan su faz en algún promontorio de Montserrat, cual Mount Rushmore. De hecho, a veces parece estar esgrimiendo su poderosa quijada, mirada trascendental y fija al frente, como si estuviese ensayando qué tal quedaría allí. Y no desentonaría con el ceremonial de ayer, de reminiscencias yanquis: acompañando al president saliente al coche y saludándolo mientras parte a su lugar de descanso (en lugar del helicóptero, pero en lo demás igual), y leyendo la carta en sobre cerrado que éste le había dejado a su sucesor en la mesa del despacho (que por lo menos no es oval, pero todo se andará). Todo muy washingtoniano.