NO ESTUVO MAL anoche Obama en su discurso sobre el Estado de la Unión (texto completo). Para lo que suele ser habitual en esos discursos, digo. Está claro que tras el rapapolvo de las midterms empieza el viaje al centro, la triangulación, que tan bien le funcionó a Clinton tal día como ayer en 1996, tras la épica derrota demócrata en las midterms del 1994; acabaría siendo reelegido para la presidencia ese mismo año. Obama intenta lo mismo.
Y la comparación entre ambos es atractiva, sí. Pero probablemente no demasiado exacta. Hay sustanciales diferencias en el contexto político (por no hablar del económico; pujante entonces, en crisis aguda ahora): de entrada, a diferencia de la "revolución republicana" a la que se enfrentó Clinton, en la que sus adversarios ganaron el control de ambas cámaras, ahora los demócratas mantienen el Senado. Va a ser mucho más difícil para Obama culpar de sus fracasos al bloqueo ejercido por el poder legislativo. Por otro lado, una de las razones principales para las derrotas en las midterms, tanto de Clinton como de Obama, fue la reforma sanitaria. Pero la de aquél --la llamada popularmente Hillarycare, porque la entonces primera dama fue su principal impulsora-- se estrelló y jamás fue aprobada. La de Obama sí ha salido adelante, lo que proporcionará energía a sus adversarios: tendrán algo concreto contra lo que luchar. Sobre todo si la realidad confirma los temores. (incremento del déficit, death panels, etc).
Volviendo al discurso en sí, como digo no estuvo mal del todo: tocó todas las cuerdas que se suponía debía tocar (con la llamativa excepción del cambio climático, para desesperación del ala izquierda de su partido), salpicó las categorías con anécdotas, usó ciertos toques de humor, mostró una cierta disponibilidad a dialogar con la oposición. Y, sobre todo, fue bastante menos arrogante de lo que suele ser. Un buen signo es que pronunció menos "I" y "me" de lo que es habitual en él. Pero en general no deja de ser un ceremonial basado en la retórica más o menos atractiva. Si se miran los hechos, la nota del examen es mucho, pero que mucho más baja.
Y la comparación entre ambos es atractiva, sí. Pero probablemente no demasiado exacta. Hay sustanciales diferencias en el contexto político (por no hablar del económico; pujante entonces, en crisis aguda ahora): de entrada, a diferencia de la "revolución republicana" a la que se enfrentó Clinton, en la que sus adversarios ganaron el control de ambas cámaras, ahora los demócratas mantienen el Senado. Va a ser mucho más difícil para Obama culpar de sus fracasos al bloqueo ejercido por el poder legislativo. Por otro lado, una de las razones principales para las derrotas en las midterms, tanto de Clinton como de Obama, fue la reforma sanitaria. Pero la de aquél --la llamada popularmente Hillarycare, porque la entonces primera dama fue su principal impulsora-- se estrelló y jamás fue aprobada. La de Obama sí ha salido adelante, lo que proporcionará energía a sus adversarios: tendrán algo concreto contra lo que luchar. Sobre todo si la realidad confirma los temores. (incremento del déficit, death panels, etc).
Volviendo al discurso en sí, como digo no estuvo mal del todo: tocó todas las cuerdas que se suponía debía tocar (con la llamativa excepción del cambio climático, para desesperación del ala izquierda de su partido), salpicó las categorías con anécdotas, usó ciertos toques de humor, mostró una cierta disponibilidad a dialogar con la oposición. Y, sobre todo, fue bastante menos arrogante de lo que suele ser. Un buen signo es que pronunció menos "I" y "me" de lo que es habitual en él. Pero en general no deja de ser un ceremonial basado en la retórica más o menos atractiva. Si se miran los hechos, la nota del examen es mucho, pero que mucho más baja.
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