viernes, abril 15, 2011

ALBERTO ARTERO:
Me como mis palabras. La semana pasada aposté por que Zapatero, con el fin de recuperar su nombre para la Historia, adoptaría un renovado papel de estadista, con España como prioridad. Dudaba de su capacidad para ello, pero hice acto de fe. La mucha o poca inteligencia que tenga, la pondrá al servicio de su propia causa; no le queda otra, pensé. Me equivoqué de cabo a rabo. De donde no hay no se puede sacar. Este hombre es un compendio tal de incompetencia, imprudencia e ignorancia a partes iguales que hace bueno a ese Rowan Atkinson-Mr. Bean con el que tantas veces se le compara, física y conductualmente. Su capacidad para provocar incendios no tiene parangón. Oiga, ¿es el mercado? Sí mire, que los ajustes han terminado. Y para meter la pata hasta el corvejón, tampoco. Me equivoqué de fondo chino y de cantidad a invertir en las cajas españolas. Seguro que se pellizcaba el brazo cuando afirmó en su día que cualquiera puede ser presidente del gobierno en este país. Se ha empeñado con denuedo en dar fe de ello. Qué auténtico desastre.
Leedlo entero.