viernes, mayo 20, 2011

GROENLANDIA, o cómo aprendí a amar el calentamiento global. Recuérdese a los cassandras que sólo ven el lado catastrófico. Se puede estar preocupado por el tema, sopesando pros y contras, y llegar a la conclusión de que hay que hacer algo para frenarlo, sí. Acertada o no, es una postura respetable. Pero no hace falta estar a sueldo de Exxon para saber que cuando alguien sólo ve efectos negativos en algo, sin contemplar ni uno sólo positivo, es que está haciendo ideología y no ciencia.