PARECE SER que el vendedor de pisos ha salido algo escaldado:
La visita de José Blanco a Reino Unido para vender vivienda vacacional en España ha provocado una virulenta reacción de amplios sectores de la sociedad británica, que consideran un "insulto" que les vengan a promocionar un mercado donde unos 50.000 británicos han perdido su dinero porque sus viviendas se han declarado ilegales o no han recuperado la señal que dieron para pisos que nunca se construyeron.
Es decir, el mensaje del ministro de Fomento yerra el tiro, según buena parte de la prensa británica: no se trata de ofrecer grandes descuentos, sino de solucionar los graves problemas de inseguridad jurídica que plantea España a los inversores extranjeros. Y no se trata de la habitual antipatía de los ingleses hacia nuestro país, sino que es un asunto que ha llegado al Parlamento Europeo.
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