viernes, junio 03, 2011

DICTADORES SON TODOS:
Al dictador, «dictador», con todas sus pocas letras y sus muchos muertos, como aquello de dar nombres precisos al pan y el vino. Ni Franco fue otra cosa que un dictador, ni lo fueron, en lo que me toca por nacimiento, Machado, Batista y los hermanos Castro, Fidel y Raúl —que parece nombre de dúo regaetonero.

Luego, con la misma que me sumo a la reivindicación del saussureano implante en el Diccionario de marras, ruego a tanto indignado que exige enmienda allí, mientras llama «presidente» o «líder» o «revolucionario» a cualquiera de esos dos hermanos de las Antillas, que también a ellos les llamen siempre por su oficio y ejercicio, el de dictadores. «El dictador Fidel Castro» y «el dictador Raúl Castro». («Dictadores», ya que estamos, no es mal título para tema de regaetón.)

Les ruego, en definitiva, que rompan la geografía, se traguen todas las millas y dejen de practicar el tópico vicio del «kilómetro sentimental» —aquel que hace que, en este caso, mientras más lejos del redactor opere una dictadura, menos le importe el daño infligido a las víctimas.