martes, junio 28, 2011

Y ES QUE no se trata tan sólo de subvenciones y demás, sino de despilfarros producto de una visión faraónica, mesiánica: "La línea de AVE suprimida ha costado al Estado 3.500 millones de euros". Sólo estuvo activa seis meses, y era utilizada por 9 personas al día.

En una empresa privada, el responsable de una inversión tan importante en la que se haya metido la pata tan hasta el fondo (¿no se hizo un estudio de mercado?) estaría con las patitas en la calle.