lunes, septiembre 05, 2011

ALBERTO ARTERO:

Si de verdad creyera Alfredo Pérez Rubalcaba que aumentar la presión fiscal sobre los que más tienen es bueno para España no se hubiera guardado ese as en la manga para la campaña electoral, dejando al resto del Ejecutivo compuesto y sin un tributo más que llevarse al coleto en un momento en el que nuestro país está sometido al escrutinio de medio mundo. Es evidente, por tanto, que contempla la medida solo desde la demagogia del voto –papeletas son amores que no buenas razones- y no desde su mayor o menor efectividad recaudatoria o su contribución a la redistribución de la renta, cuestiones discutibles por otra parte. Solo tal hecho deslegitimaría cualquier debate sobre la misma pero son tantas las contradicciones que incorpora que merece la pena recorrerlas en detalle.