LORENZO BERNALDO DE QUIRÓS:
La reacción de los mercados ante el acuerdo cerrado ayer entre los líderes europeos es una sobre reacción de optimismo cuya duración será corta. Sin duda satisface las exigencias alemanas pero no servirá para solventar los problemas de la periferia y, por añadidura, los del conjunto de la Eurozona. Desde la óptica española, la solución consensuada resulta preocupante y, desde luego, no saca al país de una peligrosa zona de riesgo. Todo el mundo tenía tanto miedo a un “fracaso” que la fórmula arbitrada en la Cumbre de la UE ha producido una rebaja de la tensión que existía desde la vuelta del verano.
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