¿UNA SORPRESA? Pues era evidente, sólo había que mirar lo ocurrido en otros países de nuestro entorno:
Para muchos está siendo una sorpresa. Sin embargo, había pistas socioeconómicas que delataban su presencia. La estructura de las familias españolas ha cambiado (un 21% de ellas, por ejemplo, solo tiene un hijo), la mujer se ha incorporado plenamente al mundo laboral y los horarios laborales con la crisis se amplían, no se reducen. Si a todo ello se suma un ocio basado, tristemente, solo en el consumo el resultado es la aparición del comprador del domingo, un nuevo actor en el mundo del comercio que las grandes superficies y centros comerciales quieren hacer suyo. Gasta y lo hace de manera lúdica.
Fernando Botella, profesor de marketing de la Escuela de Organización Industrial (EOI), explica que este comprador representa "un porcentaje del 55% sobre el tráfico en centros comerciales y grandes superficies mientras que el de diario se mueve entre el 8% y el 10%". O sea, más de la mitad de las personas que acuden a esos establecimientos el domingo responde al nuevo perfil. Y consume con alegría: el nivel medio de compra un domingo oscila -apunta este experto- alcanza entre 32 y 35 euros, mientras que a lo largo de la semana va de los 16 a los 18 euros.
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