lunes, febrero 13, 2012

MARÍA BLANCO sobre la reforma laboral:
Lo primero que hay que hacer es preguntarse qué necesitamos con más urgencia, y sin duda, eso es absorber los 5 millones y pico de parados. Para eso la reforma laboral es condición necesaria pero no suficiente.  Las aportaciones más acertadas son reducir la importancia de los convenios colectivos y flexibilizar el despido que implica una disminución del coste del trabajador para el empresario que se plantea contratar. La gran ausencia es la reducción o eliminación de las aportaciones del empresario a la Seguridad Social, que funcionan como un auténtico impuesto a la contratación. Lo demás se me antoja simple maquillaje, medias tintas. Aparece un nuevo contrato lo que engrosa la lista de excepcionalidades, en lugar de dejar que cada cual contrate como le convenga. Esto evitaría los chanchullos para encajar en un tipo u otro de contrato. Los contratos privilegiados o excepcionales son los que embarran el panorama laboral porque discriminan entre los trabajadores, por ejemplo, a los que tienen 31 años frente a los que tienen 30. ¿Por qué no desregular la contratación como en otros países avanzados?
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