PUES VAYA si le ha servido a Rajoy 'retener' los presupuestos hasta después de las elecciones andaluzas, con la esperanza de que los previsibles recortes no le pasaran factura... Ojo, eso no quiere decir necesariamente que el resultado de ayer se deba a los recortes (hay muchos otros factores que contribuyen a explicarlo, y apresurarse a atribuirlo a ellos sin más es, cuando menos, prematuro). Eso sí, ahora el PP tendrá que aplicar los recortes con bastante menos fuerza política (y moral, si me apuráis) que si lo hubiese hecho en su momento.
En cualquier caso, mejor no andarse con paños calientes: lo de Andalucía no es ni siquiera una victoria pírrica del PP. Es una derrota en toda regla, porque cualquier cosa por debajo de la mayoría absoluta era decir adiós a la posibilidad de gobernar, es decir, perder. En el fondo era una pugna a dos, entre derecha (PP) y una izquierda dividida entre dos opciones (PSOE e IU), lo que le facilitaba las cosas a Arenas: recordemos que la ley d'Hondt desincentiva la dispersión de voto. Y ni siquiera así, y ni siquiera con los reptiles del fondo de esa ciénaga llamada ERE, ha conseguido ganar. Yo me lo haría mirar.
En Asturias el papel del PP tampoco ha sido demasiado lucido, que digamos, y sus opciones se han estrechado sensiblemente.
En resumen, el panorama político se le ha complicado a Rajoy y el PP. Y, a más corto plazo, esperad un jueves movidito.
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