SANTI GONZÁLEZ:
Vale que Spengler hablara del pelotón de soldados que en ocasiones excepcionales salva la civilización, pero, ¿debe una democracia tan madrugadora como la francesa ejercer su liturgia junto a la tumba de un soldado? La democracia es un pacto esencialmente civil, por lo que sería mucho más razonable erigir un monumento en algún lugar céntrico de París al votante desconocido. O mejor aún, al contribuyente desconocido, que es quien paga estas misas. y que los presidentes hicieran su ofrenda cada cinco años, especialmente, si, como este pollo mojado de la foto, piensa subir los impuestos hasta el 75% de los ingresos en los casos de las rentas más altas.
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