ANDRÉS ALONSO:
Hemos salido de una burbuja de optimismo y entrado en otra de pesimismo. Durante el mandato de Alan Greenspan se acuñó el término de “exuberancia irracional”, que refleja una situación de exceso de optimismo. En España, en la actualidad, la sensación es la contraria: vivimos un exceso de pesimismo. ¿Cómo podríamos llamar a esto? Se me ocurre… la “depresión irracional”.Seguid leyendo.
Las burbujas no se hacen evidentes hasta que estallan y la sobrevaloración de un activo salta a la vista. Normalmente se identifican con ciclos económicos boyantes en los que la economía funciona por encima de su capacidad instalada. Sin embargo, en términos financieros, una burbuja normalmente es una mala valoración de un activo financiero. Y una mala valoración se puede generar porque o bien el mercado se pasa de largo… o porque no llega.
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