miércoles, agosto 22, 2012

TODD AKIN es un impresentable, y lo es a pesar de que en España nadie esté entendiendo lo que realmente dijo o quiso decir. Por ejemplo:
 El congresista republicano Todd Akin, candidato a senador por Misuri, quiso dejar claro que está en contra del aborto, incluso en los casos de violación. Y para justificarlo, dijo: “Es muy infrecuente que una violación acabe en embarazo, porque si se trata de una violación legítima, el cuerpo de la mujer tiene maneras de cerrarse”. La frase provocó un escándalo político ¿Es que hay violaciones legítimas?
La cutrez del argumento biológico ("el cuerpo de la mujer tiene maneras de cerrarse") es más que suficiente para descualificarlo como representante público. Pero es evidente que con lo de "violación legítima" el idiota este no se estaba refiriendo a que haya violaciones legales o éticas; si fuera así no diría precisamente que en ese caso no hay riesgo de embarazo. Estaba refiriéndose a acusaciones legítimas de violación, a violaciones reales. Es decir, a la típica y patosa distinción entre una violación real y otros casos como por ejemplo la retirada del consentimiento por parte de la mujer durante la actividad sexual, o cuando una mujer accede a mantener relaciones sexuales en estado de embriaguez, se arrepiente por la mañana y afirma que ha sido violada.

Dicho de otro modo; si por un lado existe la posición ultrafeminista de que la mujer puede retirar su consentimiento a la relaciones sexuales en cualquier momento, incluso al día siguiente de haberlas mantenido, y presentar una denuncia por violación, por otra nos encontramos con la posición ultrarretrógrada de considerar violación 'de verdad' sólo aquella que se produce con violencia desde el primer momento. Según esta "lógica", si la mujer cambia de opinión a mitad del tiquitaca es una calientabraguetas histérica que sólo quiere tocar las narices al hombre; una zorra arrepentida que sólo busca salvar la cara.

Fijaos lo antediluviano que es. Y fijaos también que es exactamente la postura de los que absuelven a Assange diciendo que al fin y al cabo las que le acusan de violación habían accedido a empezar. Assange no es violador, dicen, y el arrancarse el preservativo en contra de los deseos de una, o penetrar a la otra "a pelo" aprovechando que estaba dormida son, nada, detallitos sin importancia. Así de modernos son.

O sea que los defensores de Akin funcionan exactamente bajo las mismos parámetros mentales que los defensores de Assange. Ya decía aquél lo de extraños compañeros de cama. Claro que después de ver cómo un aplastador de la libertad de prensa —Correa— se erige en defensor de la misma con Assange, uno ya podía esperar cualquier cosa.