OSTRES, SOSTRES:
Hay un tipo de gente que se divierte con este tipo de performances. De un lado, el catalanismo más pueril, que cree que la independencia depende de una manifestación, de un mosaico o de una goleada. Del otro, el españolismo no menos infantil, que sobrerreacciona ante cualquier gesto o detalle con una violencia verbal que ni yo usaba desde los tiempos en que venía el practicante Emilio a administrarme las gamas globulinas que me prescribía mi pediatra.
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