VÍCTOR LAPUENTE: para salir del pozo en el que está sumida España es necesario que vuelvan los 'reinos de taifas' sólo que no con ejércitos sino con políticas ecoonómicas y sociales. Es decir, que haya competencia entre territorios.
Existe una poción política mágica? Si echamos un vistazo a las políticas de los países con mejores perspectivas de crecimiento durante los próximos años, vemos que, como mínimo, no parece existir una receta universal. Se puede ser muy competitivo con poquísimas políticas sociales (Singapur) o con muchísimas (países nórdicos); regulando con mano férrea (China) o bien dejando libertad a la mano invisible del mercado (Estados Unidos). Diferentes contextos sociales, económicos, culturales o geográficos parecen exigir políticas distintas.
¿Y cuáles son las políticas que funcionan mejor en un país con las características de España? Algunas están más o menos claras, pero otras no. Por ejemplo, en política fiscal, cabe pensar que reducir el IVA al sector turístico haría aumentar la actividad económica a corto plazo y, a medio, la recaudación fiscal. Pero también es lógico pensar que si, por el contrario, decidimos subir los impuestos al turismo, aumentaríamos la recaudación y, de paso, fomentaríamos que la estructura económica española se desplace del sector turístico hacia la producción de bienes y servicios exportables con alto valor añadido. Dudas parecidas surgen en cualquier política importante. ¿Hasta dónde flexibilizar un mercado laboral como el español? ¿Cuándo recortar o ampliar las políticas de bienestar que tenemos?
Para resolver estos dilemas lo ideal sería recrear con políticas el famoso anuncio del lavavajillas: que una comunidad política con un problema concreto (Villarriba) adopte una política A y otra comunidad lo más parecida posible (Villabajo) adopte una política B. Así sabremos qué política puede funcionar mejor en un determinado contexto. Esta vía experimental es la que, de forma implícita o explícita, están siguiendo algunas de las regiones económicamente más dinámicas del mundo.
Leedlo entero, especialmente si sois de los que cuando oís la palabra "competencia" os sale un sarpullido.
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