HASTA 'PÚBLICO' se rinde a la evidencia: no matan las armas, matan las personas.
Díez reconoce que es posible fabricar armas o piezas de armas con estas impresoras, pero insiste en que siempre dependerá del humano no de la tecnología: "Las mismas máquinas que construyen coches producen Ak-47". "Igual que con lejía o la glicerina de un jabón puedes construir una bomba, o con una silla puedes matar a una persona".
"Da más acceso a modelos de producción más abiertos, pero son los riesgos que corremos como humanos", considera.
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