jueves, enero 31, 2013

LO PRIMERO que se me ocurre al leer la —ciertamente explosiva— información de El País sobre lo que llama "cuentas secretas de Bárcenas" es que "caja" no es igual a "contabilidad". Dicho esto, las entradas y salidas de dinero son de por sí inquietantes. En cuanto a las entradas, en sí mismas no tienen por qué ser ilegales: lo que sí estaría prohibidas son las donaciones anónimas, que no parece ser el caso. Por otro lado, es significativo que los que figuran como donantes hayan negado categóricamente haber realizado esas entregas de dinero, así como algunos de los "beneficiarios" externos al partido (los internos qué van a hacer, pensaréis no sin razón). Negar tan radicalmente algo que uno sabe que puede ser probado con algún papel que aparezca en algún momento es bastante idiota, aunque hemos visto cosas peores.

Así que hay dos posibilidades: que los documentos sean reales, o que sean falsos. Si son reales pero son cantidades que o bien son gastos de representación que después se justificaron, o bien son retribuciones que después se declararon a Hacienda como corresponde (por la información que hay en este momento no se desmiente ninguna de las dos posibilidades), podremos reprochar al PP que lleve una contabilidad cutre a mano, pero poco más. Pero si se demuestra que son pagos en negro deben rodar, naturalmente, unas cuantas cabezas, por mucho que El País mismo diga que no serían delito sino infracción tributaria y que en su mayoría estarían prescritas. Pero insisto, la información de hoy de momento no prueba eso de forma irrefutable.

Pero también cabe la posibilidad de que los documentos sean falsos. No me refiero necesariamente a que El País se los haya inventado, o que le hayan colado un gol para dejarles mañana en ridículo (que también podría ser); de hecho teniéndolos en sus manos era absolutamente lógico que los publicaran, y es bueno que lo hayan hecho. Me refiero a la posibilidad de que sean documentos con los que Bárcenas pretendía justificar su trinque a espaldas del partido. O peor, que los hubiese creado como "seguro de vida" para asegurarse que el partido no le denunciaría en caso de ser descubierto, sabiendo que unos documentos así saliendo a la luz serían un verdadero torpedo bajo la línea de flotación. Y que los haya filtrado ahora como venganza al haberse visto 'abandonado', por decirlo suavemente, tras saberse lo de las cuentas en Suiza.

La verdad es que ninguna de las posibilidades deja nada bien al PP, pero antes de correr a encender la pira convendría que viéramos hacia dónde se desarrolla todo. Porque si damos validez sin más a lo que diga alguien poco limpio y con interés claro en ensuciar un asunto, porque el ensuciarlo le beneficia, vamos a un mundo en que va a ser muy, muy fácil acabar con carreras profesionales y con partidos políticos enteros. Será "divertido" ver cómo explotan sucesivas bombas en todos lados...