"QUE SE INCENDIE TWITTER". Pues tiene un punto:
Los usuarios más activos de Twitter no suponen una amenaza para el periodismo porque puedan sustituirlo, sino porque han entrado en la agenda de los medios sin que redactores y jefes hayan generado un criterio previo, en la mayoría de las ocasiones. Hemos permitido que Twitter sea un sinónimo de "sociedad" (una palabra que se toma excesivamente a la ligera) y hemos envalentonado a una banda que se caracteriza por considerar un valor el anonimato e, incluso, el insulto.
Si Twitter fuera un reflejo de los votantes, las elecciones las ganaría UPyD; si fuera un reflejo de la audiencia televisiva, Salvados sería el programa más visto de todas las parrillas, y si fuera un reflejo de la ciudadanía seríamos, sencillamente, insoportables. Los usuarios de Twitter solo se representan a sí mismos y esto, que no es poco, tampoco debería ser suficiente para perder el norte como lo perdemos en las redacciones.
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