lunes, abril 29, 2013

WILLIAM CHISLETT, del Real Instituto Elcano, en El País sobre la verdadera magnitud del paro juvenil:

Pocas cifras alarman más a españoles y extranjeros que la regularmente publicada de un desempleo juvenil superior al 50 por ciento. Los extranjeros, en concreto, sin poder creerse el dato, se sorprenden de que el país se muestre tan pacífico y que no prendan las protestas. La verdad es que el índice de desempleo de quienes tienen entre 16 y 24 años probablemente se sitúe en menos de la mitad de la cifra oficial.

Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europa, utiliza dos medidas para calibrar el desempleo juvenil: la primera se calcula teniendo en cuenta a todos los que constituyen la población activa de ese grupo de edad (es decir, los empleados y los que buscan activamente trabajo) y se conoce con el nombre de “tasa”; a la segunda, que incluye a todos los jóvenes, se la denomina “ratio” de desempleo. La primera fórmula situaba el índice de desempleo juvenil español en el 53 por ciento a finales de 2012 (tres veces más que en 2007, en el punto culminante del boom económico) y el segundo indicador (la ratio), más cercano a la realidad, en el 22 por ciento.

La cifra del 53 por ciento (57 por ciento en marzo) es irreal y, además, crea confusión, ya que es la única que se difunde. Incluye, pero sin que se sepa en qué medida, a quienes están terminando su educación secundaria, a universitarios y a estudiantes de formación profesional, aunque en sentido estricto ninguno de ellos forme parte de la población activa (el denominador utilizado para calcular el desempleo). En el caso de los adultos (los mayores de 24 años), el cálculo sí tiene sentido, ya que, en general, este grupo sí ha terminado su educación, pero no en el de los menores de 24 años, que en su mayoría siguen estudiando.

[...] Del mismo modo que la tasa de paro juvenil es irreal —y su difusión produce alarma, contribuyendo a la nueva “leyenda negra” del fracaso de España—, la cifra total de paro español, que lo sitúa en 6,2 millones, no responde a la realidad, y con esto no pretendo negar el profundo problema de desempleo del país. Si a esos 6,2 millones se le restan las más de 2 millones de personas de entre 16 y 24 años que están estudiando pero que, según la definición de Eurostat, se cuentan (aunque no sepamos en qué magnitud) como paradas, el número de desempleados en España rondaría los 4 millones, todavía un altísimo 19 por ciento de tasa de desempleo pero lejos del 27 por ciento.