Desde que en este país no se vende el Quimicefa, en materia de ciencia hemos ido para atrás. Ahí empezó nuestro verdadero declive en I+D+i. El programa Salvados dedicado a los productos alimentarios dejó claro lo fácil que es estimular la llamada quimiofobia y hacer que de repente tengamos miedo a lo que comemos, cuando es lo más sano que hemos comido en toda la Historia.
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